La obra de Armando Uribe: sarcasmo, convicciones y una particular relación con la muerte

Armando Uribe nació el 28 de octubre de 1933 en Santiago. Fue el único hombre entre cuatro hermanos y, desde muy joven, participó en seminarios literarios a los que acudían estudiantes secundarios y universitarios.

Hombre de principios firmes, hizo uso del sarcasmo como arma de defensa y ataque en un mundo que le resultaba ajeno e incomprensible. Se desempeñó en diversos ámbitos, desde la docencia hasta la poesía, y desde la diplomacia hasta el ejercicio del derecho.

Su obra poética es reflejo de esa forma de ser, marcada por un compromiso existencial frente a la vida y la muerte. Esta última fue una presencia recurrente en sus escritos, a menudo tratada con enojo o ironía, como si desafiara su tardanza. Gran parte de sus poemas pueden leerse como desafíos públicos a la muerte.

En 2004 fue reconocido con el Premio Nacional de Literatura, distinción que destacó “el compromiso existencial del hombre frente a la vida y la muerte, manifiesto en un estilo dramático y singular desarrollado a través de una extensa producción”. Uribe falleció en 2020, recibiendo a la muerte como a una vieja amiga.

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