
En el marco de una nueva celebración del Día del Padre, recordamos cómo nuestra literatura ha sabido plasmar, desde distintas perspectivas, el rol paterno en relatos cargados de emoción, conflicto y humanidad. Desde el padre resistente y fuerte, hasta aquel marcado por el exilio o la ausencia, estos personajes abren una puerta a comprender los lazos familiares, el paso del tiempo y los relatos que se transmiten entre generaciones.
Uno de los acercamientos más recientes y conmovedores a la figura paterna está en “Materia gris”, del poeta Andrés Anwandter. En su noveno libro, el autor explora su presente como padre desde una voz íntima, que también recuerda la infancia en dictadura y la adultez en tiempos de transición, a través de una serie de poemas que abordan la crianza, la nostalgia y el asombro de lo cotidiano. Un retrato honesto y sensible del ejercicio de ser padre hoy.
Desde otro ángulo, la novela “Missing” de Alberto Fuguet nos muestra una búsqueda personal y emocional: la del tío Carlos, una figura excéntrica y lejana que se transforma en un reflejo del propio padre del autor. Ambientada entre Chile y Estados Unidos, la historia aborda temas como el exilio, la identidad y la compleja red de vínculos familiares, explorando nuevas dimensiones de la paternidad, a través la admiración, la nostalgia y el cuestionamiento.
Finalmente, en “Bosque quemado”, el guionista y escritor Roberto Brodsky narra en primera persona la vida de Moisés, un cardiólogo comunista y judío que debe abandonar Chile tras el golpe militar. La novela, contada por uno de sus hijos, retrata el exilio, el envejecimiento y la pérdida de identidad, a la vez que rinde homenaje al vínculo profundo entre un padre y su descendencia.
Estas obras nos invitan a reflexionar acerca de lo que significa ser padre y ser hijo, y sobre cómo la literatura sigue siendo un espacio para explorar estos vínculos únicos.